"Cuando se habla de la futura derrota electoral del PSOE el día 20 de
noviembre y se anuncia una debacle sin precedentes todo se resuelve
culpando a la crisis económica. Luego, otros añaden la errática y
decepcionante gestión de Zapatero para redondear la explicación. Estoy
de acuerdo, la crisis y Zapatero y sus decisiones son una losa para el
futuro electoral del PSOE pero eso no lo explica todo, ni mucho menos.
El PSOE es un partido muerto, o casi muerto, y se nota, se nota mucho, y
es difícil que la gente vote a momias. Solo hay que ver las listas
electorales que han hecho; revisarlas provincia por provincia. De esto
no habla nadie, todos los comentarios son de "macropolítica" pero nadie
se fija en esta "micropolítica" con la que cada elector topa cuando se
plantea a quien votar. Se dice que, en general, la gente no mira las
listas; bueno, es una verdad relativa: los votantes que necesita el PSOE
para no hundirse sí miran las listas. Las candidaturas socialistas son
una enmienda a la totalidad al discurso de Rubalcaba de hacer otra
política, de escuchar a los ciudadanos, de tenerlos en cuenta, de ser
porosos, abiertos, dialogantes. Las listas que presenta el PSOE de cara
al 20-N son un museo de los horrores, con los mismos políticos de
siempre, con profesionales del escaño que no tiene donde caerse muertos;
grises, aburridos, previsibles, antiguos, muy antiguos incluso los más
jóvenes. Esas son las papeletas que cada elector ha de poner en la urna,
cogerla de la mesa donde están todas las demás y ponerla en la urna; y
eso no es fácil. Las candidaturas se han hecho pensando en salvar los
muebles y para los dirigentes socialistas salvar los muebles es no
perder el trabajo, ni desmontar los equilibrios de poder interno en el
partido, las familias, los grupitos, las distintas células que han
acabado conformado un secta con siglas de organización política.
Obviamente, con esta filosofía se ganan los votos de la secta, y poco
más. Muchas veces se habla de que los ciudadanos no conocen a los que
van en las listas, esta vez al PSOE le pasa lo contrario: la gente
conoce a sus candidatos, los tiene muy vistos y no le gustan. Demasiadas
veces les han decepcionado, demasiadas les han fallado. Así las cosas,
José Blanco sería un candidato mucho más lógico. En medio de tanto
ruido, el cartel de Rubalcaba cada vez se entiende menos... pero bueno,
qué importa eso a estas alturas"
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